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Los escombros

es el blog de Diego Suarez: los límites desdibujados entre lo público y lo privado

Panzeri, dinámica de lo impensado

sábado, abril 28, 2007
La lectura de Burguesía y gangsterismo en el deporte me ofrendó dos cosas: una interminable serie de estornudos (soy alérgico a los libros viejos y a las hojas amarillentas) y un fugaz respeto a las figura de Dante Panzeri. No se me ocurre ningún periodista deportivo actual para trazar un paralelo. Su negatividad nos conduce a un mundo cerrado y pronto a desaparecer: el de los nostálgicos del amateurismo.
La resistencia a la escuela de Zubeldía, al "fútbol-espectáculo" propugnado por Alberto J. Armando en los '70, a la "prostitución" del jugador "que cobra premios hasta por salir a la cancha" y hasta a la existencia de los directores técnicos, da lugar a un simpático abecé del viejo periodismo, con un arduo "deber ser" y una carga de moral inhallable en nuestra postmodernidad de holdings en los que todos tienen que quedar bien con todos.
El armado del libro es desordenado aunque firme en lo que concierne al contenido. Convicciones que atacan como dos wines bien abiertos, encuentran sus propias sombras a pocas páginas de distancia. Como cuando asegura que "los slogans no arreglan el mundo. Al mundo solamente lo pueden arreglar quienes lo desarreglaron: los hombres y nadie más". Basta revisar los títulos de cada capítulo y no es raro toparse con un "El hombre que juega no puede jugar porque trabaja" o "Periodismo: culpable nunca compareciente". Las citas en latín para referirse al vergonzoso Rattin del mundial del '66 o la indignación por la moda de incluir psicólogos en los planteles lo pintan de cuerpo entero a Panzeri, mientras los rosqueros y los "amigos de todos" dominan la escena actual.

Doble Visera

viernes, abril 20, 2007
(clic para agrandar la imagen)

Quién me garantiza que sobre esas ruinas van a erigir otra cancha. Quién me devuelve la bella imagen de aquel estadio alla inglesa, con esa cercanía impagable de la popular al campo de juego. Cómo no creer que esta demolición de la base tiene que ver con el derrumbe superestructural del equipo actual.

Y sin embargo se mueve

martes, abril 17, 2007
Una de las principales virtudes de esta nueva generación de mosquitos es su capacidad de atravesar hasta dos capas de ropa para, finalmente, picar. Me distraigo rascándome, levanto la cabeza y veo el viento en la copa de los árboles que se bambolean. Después lo siento: se lleva una fotocopia que yacía sobre el banco de plaza. El viento arrastra una cucaracha muerta a toda velocidad y en ese instante, comprendo cómo alguien puede estar perfectamente muerto y, sin embargo, moverse.

Estación húmeda

sábado, abril 14, 2007
La ausencia del sol y el consecuente color plúmbeo del cielo de Barrancas juega a mi favor. Al fin pude divisar la punta del edificio que domina las alturas del terreno, allí donde los vidrios espejados siempre refractan los rayos solares. Ring ring, el chofer asiente y sale otro 65 de la plataforma, apurado por el chancho sedentario. Diez cuadras caminando bajo las nubes y a cien metros del trabajo, la tormenta que me detiene.
Las ráfagas de lluvia caen como en Hollywood: horizontales, oblicuas y empujadas por vientos espasmódicos. En menos de un cuarto de hora se inundó Blanco Encalada. Las zapatillas de lona no resisten y me dejan mojados los pies para lo que queda de la jornada.

Sweet and tender hooligan

domingo, abril 08, 2007
Por unos minutos fui un supporter del West Ham. A puro contraataque resistió los embates del Arsenal, venciéndolos en su propio estadio, con un Carlos Tevez encarador y animado. ¿Cuánto faltará para que Morrissey le dedique alguna estrofa? Si ya supo aludir indirectamente a un jugador del montón como Roy Keane, ¿qué le puede corresponder a quien se está transformando en símbolo del club con el cual simpatiza?

Los chicos del maíz

martes, abril 03, 2007
La pantalla de MTV, anegada por los realities y los invasores zócalos repletos de mensajes de texto, de vez en cuando amaga con hacer reverdecer sus años de gloria, como en cada repetición del reciente unplugged de Korn. La "M" de la sigla vuelve a justificarse (¿hace cuánto que MTV dejó de ser un canal de música?), y con el mejor producto de la señal, el que jamás debería abandonar. Siempre, siempre será preferible ver a Jonathan Davis cantar, sollozar o desafinar antes que abriendo su heladera de doble puerta con cantidades industriales de comida chatarra en su interior.
El resultado, sin embargo, es desparejo. Hay dos maneras antagónicas de enfrentar el set list: limitarse a cumplir con una cómoda serie de grandes hits (como lo hicieron Pearl Jam, STP, Soda Stereo) o sorprender con covers de bandas desconocidas, invitados no estelares y temas propios olvidados por el gran público, corriendo el riesgo de -literalmente- fracasar. Esto último es lo que concretó, por ejemplo, Nirvana. Y Korn eligió transitar la misma senda. Pero invitando a músicos con más chapa (como Robert Smith o Amy Lee, devenida corista en una remozada versión de "Freak on a leash"), iniciando una de sus canciones con la excéntrica compañía de percusionistas japoneses (?) o interpretando hits ajenos muy cercanos en el tiempo. ¿Qué sentido tiene elegir "Creep" de Radiohead si no es el de reconciliarse con los noventa, así como un cover de The Cure para quedar bien con la década anterior y todos contentos? Tal vez, seguramente pensándolo bien, no se trate más de otra estrategia de mercadotecnia para llenar más la heladera de doble puerta.