Suscripción equívoca
En tiempos no tan pretéritos, me anoté en un sorteo que realizó eBlog, donde algunos apetecibles premios (como una cámara de fotos digital) casi obligaban al lector a participar. Por supuesto, no gané. Bueno, es un decir. Lo que sí gané (a modo de premio consuelo) fue la suscripción por un año a la revista G7. Así que una vez al mes llega a mi morada este catálogo -ABC1- de productos trendy para gente de Palermo: una versión cheta de la revista Luz que viene con el Perfil de los domingos, porque de contenido textual, nada. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis vueltas de página, y las publicidades de jeans y bebidas energizantes y autos carísimos que nunca dan paso a las notas prometidas en el sumario. En un kiosco cuesta 15 pesos, y la verdad, no me imagino a nadie diciéndole al diarero: "¿me das la G7?".
Sin embargo, si sale, significa que alguien la compra. Que el distribuidor se lamente tener que desviarse del corredor Santa Fe-Cabildo/Libertador-zona norte hasta los parajes villacrespenses (debo ser el único suscriptor del barrio) no implica que la revista carezca de éxito en los centros de la opulencia porteña. Y al revisar un poco las notas, puede uno toparse con una entrevista a Alberto Heguy realizada por Guillermo Piro, donde el legendario polista defiende la gestión de Jorge Rafael Videla porque "dio la vida por los demás siendo un simple mortal". El estilo de G7 permite que este tipo de declaraciones pasen desapercibidas: la entrevista se pierde en la exhuberancia del diseño y en la preponderancia de la imagen sobre el contenido: el segmento exclusivo al que se dirige pasa la página, se ilusiona con adquirir unos anteojos Infinit, y apoya la revista en la parte baja de la mesita ratona para que la vean futuros invitados en el living.
Sin embargo, si sale, significa que alguien la compra. Que el distribuidor se lamente tener que desviarse del corredor Santa Fe-Cabildo/Libertador-zona norte hasta los parajes villacrespenses (debo ser el único suscriptor del barrio) no implica que la revista carezca de éxito en los centros de la opulencia porteña. Y al revisar un poco las notas, puede uno toparse con una entrevista a Alberto Heguy realizada por Guillermo Piro, donde el legendario polista defiende la gestión de Jorge Rafael Videla porque "dio la vida por los demás siendo un simple mortal". El estilo de G7 permite que este tipo de declaraciones pasen desapercibidas: la entrevista se pierde en la exhuberancia del diseño y en la preponderancia de la imagen sobre el contenido: el segmento exclusivo al que se dirige pasa la página, se ilusiona con adquirir unos anteojos Infinit, y apoya la revista en la parte baja de la mesita ratona para que la vean futuros invitados en el living.
G7 es una revista de existencia virtual. Debe tener 20 lectores que son, a su vez, los anunciantes que ponen avisos en sus carísimas páginas. Los conozco de cerca y están orgullosos de hacer una revista para hojear, no para leer. Su público -intoxicado de éxtasis y descerebrado por la música electrónica- tampoco lee. En ese contexto, pueden publicar una apología de Hitler, que nadie se va a mosquear. La mayoría por no haberla leído, y los demás, porque el ascenso de Hitler al poder estaría bien, siempre que ellos tengan sus anteojos Infinit y todos sus chiches caros.
por Anónimo, a las 6:25 p. m.
Lo gracioso es que hace poco tiré una guía telefónica porque ocupaba mucho espacio, pero con cada G7 que llega viene a ser lo mismo. Y sí, podemos categorizar a los lectores de la revista por su nick en el MSN, son los que ponen "tengo entradas para la crema!!"...
por Suarez, a las 5:47 p. m.
leí el extracto de la nota en lo de Piro, increíble...
la G7 es la versión tuneada de la Tendencia hadadiana
por EmmaPeel, a las 11:32 p. m.
Y no hablemos de Brando, Gabo (¿quién les pone esos nombres a esas revistas?) o Tendencia, que demuestran cuán grasa puede ser un producto dirigido al ABC1...
por Suarez, a las 3:20 p. m.
» Publicar un comentario