Carpeta música
Bajé y recolecté tantos discos en mp3 últimamente que, creo, jamás los podré escuchar todos. Me desanima y me intimida el número. Cuando adolescente, la ceremonia del compact disc incluía pasos mucho más cautos y sigilosos: preguntar por tal banda, consultar con algún amigo, pedir prestado un cassette de muestra, acercarse a las grandes cadenas de expendio de discos y testear el cd, para luego analizar la futura compra con frialdad. Hoy, el botón "download" tienta hasta al más reflexivo. Cuánto arte de tapa que nunca conoceré. Cuántas letras que en mi vida examinaré en papel. Un simple vistazo me basta para arriesgar que mi carpeta "música" en el ordenador podría ser la de cualquier otro y no la mía.