El sucesor
Nada más triste que la muerte de un jugador de fútbol. No me pregunten por qué, pero me conmueve más que el fallecimiento de cualquier mortal. Dejó de existir Alejandro Ruidíaz, el otrora prometedor "manija" (todavía no existían los "enganches") de la reserva de Independiente a finales de los '80. Bochini se sacaba fotos entregándole la 10, asegurando que había encontrado a su sucesor, el problema es que esa escena la repitó con tantos fracasados después... Nunca olvidaré ese andar casi en puntitas de pie, al mejor estilo Raí. La dupla que formó con el Bombero Ibañez (metía goles cuando los partidos expiraban, de ahí el apodo) nos esperanzó tanto como la de Livio Prieto y Vuoso. A los 37 años, se fue un habilidoso casi desconocido, y un recuerdo más de mi infancia.
es triste, porque los vemos siempre corriendo, atras de una pelotita, pura vida
por paula p, a las 5:25 p. m.
Yo, por lo menos, desarrollo una noción errónea de los futbolistas. Los veo como personajes de una película que se interrumpe en cada pitazo final y se reinicia la semana siquiente, es decir, en la otra fecha. Por eso me impactan sus muertes tempranas.
por Suarez, a las 5:18 p. m.
» Publicar un comentario