<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d17145121\x26blogName\x3dLos+escombros\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://losescombros.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://losescombros.blogspot.com/\x26vt\x3d8722664464948848394', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Los escombros

es el blog de Diego Suarez: los límites desdibujados entre lo público y lo privado

Camiseta vs. bandera

El sentimiento standard que pretenden imponer los publicitarios mundialistas poco tiene que ver con los verdaderos afectos populares. Y si la AFA (según dicen) patentó la frase “Vamos Argentina”, de más está exigir que no se mezclen los opuestos conceptos de ciudadano y de hincha. Insisto: por más que me hayan enseñado ese himno horrible en la primaria o me vea obligado a portar un DNI en la mochila (con ocho inútiles sellitos incluidos), he desarrollado hacia el fútbol vernáculo amores y odios mucho más intensos que ante el estado-nación argentino.
De abajo hacia arriba: mis debilidades primarias son Independiente, Agüero, determinadas formaciones en la historia del Rojo (la del 86/87, la del 94, la de la primera etapa menottista, el equipo subcampeón de Trossero, etc.); jugadores-ráfaga cono el Palomo Usuriaga, Gustavo Lopez, el mismo Kun; y momentos muy específicos de algunos jugadores del seleccionado como Riquelme, Cambiasso o Tevez. La pertenencia a un conjunto tan amplio como el de “los 33 millones de hinchas” no me conmueve en absoluto. Y debe ser por esa indiferencia a lo nacional (y por un explícito resentimiento de clase) que me alegro cada vez que los Pumas son vapuleados por cualquier selección de rugby en serio.