Queratitis IV
Las enfermedades desconocen los límites temporales que aplican los humanos para sus trivialidades. El año nuevo no forzó la prescripción de la queratitis que me aqueja desde hace meses; por lo tanto, mi visión continúa esmerilada. Anoche vi (en sentido retórico, claro) "Un año sin amor" en DVD. Durante toda la película recordé los números (que siempre parecen más emparentados con la realidad que las palabras) de mi último examen oftalmológico: pérdida "temporaria" del 15% en el ojo derecho y un 5% en el izquierdo. La tan mentada definición del formato audiovisual de moda se diluía en esos porcentajes y así, la película dejó de interesarme. Busqué las nuevas gotas recetadas (séptimo experimento medicinal en lo que va de la afección) para aplicármelas, dormir, y tener pesadillas, aunque con la más alta resolución posible.
Mientras no se pierda el balance de la sintonía horizontal-vertical, y todo sea en colores, puede despreocuparse por el cinemascope.
De todas formas Dios es compensador, así que si le afloja por la placa de video, seguro pronto le mejora la de audio.
por
Nicolás Mavrakis, a las
3:32 a. m.
¿Dios proveerá? Espero que al menos sienta compasión por un pobre trabajador del gremio televisivo como uno. Ah, y de paso, que ilumine este nuevo diseño de página y me otorgue la clave para que los comments no se dupliquen más. Amén.
por
Suarez, a las
6:31 p. m.
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