Cigarrillos
La prohibición de fumar en los espacios públicos nunca ha dejado de ser un tema espinoso y derivador hacia tópicos más polémicos aún. Alguna vez escuché, en las escaleras de una facultad, que la interdicción era imposible en países subdesarrollados por su carácter yanqui y represor. Por eso no puedo ocultar mi satisfacción cuando me tropiezo con testimonios a favor de la prohibición, máxime en el caso de los alérgicos hasta la muerte como uno. ¿O es que 25 personas fumando como chimeneas en un aula con ventanas cerradas y en invierno contribuyen con su grano de arena a erigir una sociedad libertaria y sin reglas? ¿O las cenizas que vuelan sobre los escritorios de la oficina en que trabajo representan el avance hacia la destrucción del Estado y la anarquía total? No es que me haya convertido en Elisa Carrió ni mucho menos me interesa confeccionar un "contrato moral" (dicho sea de paso, nunca me quedó claro sobre qué versaba, si es que pasaba de ser algo más que un slogan). Esta vez, imploro, los fumadores tendrán que soportar el peso de la piedra en el cuello de la coerción estatal.
Hola: aquí en tucumán (Argentina) se aporbó una ley en la que a partir de Julio de este año no se podrá fumar en espacios públicos y privados cerrados.
Puedes ver más al respecto en la nota que escribí en mi blog
por Marcos Bauzá, a las 10:52 p. m.
Pero Ud no entiende que prohibir fumar es un acto fascista, un atropello a las libertades individuales. Por ejemplo, en Puán: el sondeo medio del bienpensante promedio indica una pugna espiritual a favor de la lucha por los débiles y los desposeídos. Por el respeto al otro y a sus circunstancias. Eso sí, mientras no se le impida a nadie cultivarle al vecino, poco a poco, un probable efisema, un interesantísimo cáncer, un inocentón hedor a tabaco barato en todas las pilchas.
¿Y sabe Ud. qué será lo peor?
Que cuando la prohibición sea ley, siempre estará el revoltoso espiritual de Barrio Norte dispuesto a cagarse en ella. No faltan - nunca - quienes piensan que cruzar un semáforo en rojo es una transgresión, y no una pelotudez.
¿Mi solución? Denunciar, perseguir, injuriar. Volver a denunciar.
Cof, cof.
por Nicolás Mavrakis, a las 2:23 a. m.
Insisto, es un tema difícil y más dentro de la UBA en general porque fácilmente recae sobre el denunciante el epíteto de "botón", "yuta" y demás. Los fumadores roban el oxígeno del rezto de la sociedad, pero no es algo punible. Es parte del "laissez faire" de la calle, claro que después el enemigo es el neoliberalismo.
por Suarez, a las 2:36 p. m.
Que no fumen y listo, y si se quejan -sólo- para hacerse lo libertarios, que los reprueben y se acabó. Pueden fumar en la calle, claro que no les da ese glamour intelectual que tanto les gusta a los boludos y los snob.
Mi abuelo se murió de enfisema, mi viejo tuvo angina de pecho (y largó el pucho), considero que mi derecho a la vida es superior a sus ganas de levantarse minas pseudojipis.
Cordialmente,
Yo.
por Unknown, a las 5:01 p. m.
» Publicar un comentario