Decir
Lo no-dicho, que antaño encontraba vectores de salida y esparcimiento sólo en la literatura, desde hace un tiempo está aquí: en este blog y en los diez mil más que persisten y nacen día a día. Aunque más bien, debería estar aquí. Aún no me puedo acostumbrar del todo a mi nueva labor, que absorbe toda la capacidad de escritura epigrámatica que el habitué de Los escombros supo apreciar o despreciar. Redactar locuciones "en neutro" para un programa de cable sin muchas pretensiones de innovación en el mercado hispanoparlante, puede afectarme de manera severa. El tiempo dirá.