Asís no se regala
Merodeaba por una librería de la avenida Cabildo deseando encontrar los regalos adecuados para mis padres. En un recoveco del recinto, apareció, casi como un espejismo: los cuentos completos de Jorge Asís. Lo hojeé, medité acerca de las reacciones paternas, me lo imaginé perdido en la biblioteca para siempre y lo volví a dejar en la pilita virgen. Tal vez por temor a un virulento insulto o a un gesto de disgusto, no me animé. Seguramente, por las discusiones y debates interminables que genera este señor (para más detalles, ver aquí). Caminé hacia la sección "Arte", revolví los libros de Taschen y me llevé uno de Goya, envuelto para regalo. Aunque sólo sirva para sostener a ese portarretratos enclenque que decora la repisa.