* César Luis Menotti, gran teórico, aseguró que cuando dirigía a Independiente y algún jugador tiraba un centro a la olla, bajaba "un silencio glacial" desde la tribuna. Esta versión 2007 del viejo contraataque de equipo chico me produce el mismo desinterés. Me cuesta identificarme con un equipo no tiene más de un argumento futbolístico.
* Rolfi Montenegro: un buen soldado para un tercer o cuarto puesto. Desequilibrante en no más de tres partidos por campeonato, confirma la muerte del enganche: su hibridez futbolística lo condena al indefinido puesto de media punta.
* Hay algo en el orden de las finanzas que se me escapa. Si se vende a Ustari en más de 8 millones de dólares, ¿por qué no traer a un gran arquero por, digamos, 2 millones? ¿No sigue siendo negocio? Ah, pero cierto que es Independiente y los cuentas nunca serán claras.
* Creí que esta vez sí se iba a dar. Que el fútbol estaba tan mal que hasta un equipo con un goleador en racha como única estrategia podía salir campeón. Me equivoqué. Se terminó el año, aunque el almanaque parezca indicar lo contrario.