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Los escombros

es el blog de Diego Suarez: los límites desdibujados entre lo público y lo privado

¿Tenés una birome?

martes, mayo 30, 2006
Los ladrones de biromes están complotados tácitamente. Saben que su delito no los puede mandar en cana ni mucho menos, por lo tanto piden prestado, anotan un teléfono y se van, con la garantía de la impunidad a cuestas. En la oficina circula una suerte de ideal "comunitario" que crea la falsa ilusión de un compartimiento de bienes, por más que uno haya invertido un buen rato seleccionando el mejor trazo y el mejor precio de una lapicera. Pero los distraídos (le podríamos echar la culpa a la sociedad, que nos enseña a apropiarnos de todo lo que sea posible) quiebran este ridículo "socialismo" y guardan en estos objetos en sus bolsos y carteras. Quién puede negar que, a partir de ese momento, el elemento en cuestión no les pertenece. El mero hecho de tener los legitima. Mientras, el sufrido ex-poseedor consigue asiento en el colectivo - lo espera una hora de viaje, lectura y escritura-, revisa todos los recovecos de la mochila y se jura a sí mismo, silenciosamente, nunca más prestar la birome.

Dime qué blog lees...

lunes, mayo 29, 2006
Podría pasar horas leyendo este tipo de blogs. Si tuviese horas disponibles, claro.

La selección: esos colores equívocos

viernes, mayo 26, 2006
Una tarea para todos los diseñadores que moldea el exceso de universidades y escuelas privadas: inventar una camiseta con nuevos colores y nuevas insignias para la selección argentina. Así, los fanáticos del fútbol podríamos despegarnos para siempre de cualquier vinculación con el nacionalismo y los valores patrióticos. Que el afecto hacia el fútbol argentino no se confunda con la adhesión al sistema republicano cuyo paradigma es el estado-nación. Por favor.

Gastroenteritis

miércoles, mayo 24, 2006
Como no le tengo miedo a los lugares comunes, voy a decir que lo mejor de enfermarse es que otras personas hacen cosas por nosotros. Alguien tiene que cocinar, alcanzar el vaso de agua con el ibuprofeno, pagar las boletas y atender el teléfono. Pero esta serie de comodidades se extingue cuando se está a cargo de una nena de casi dos años. La relación enfermo-asistente se invierte, aun cuando el padre se encuentre peor que su hija. Lo pude comprobar ayer y más que nada en la última madrugada: los escalofríos y las puntadas en el estómago no me libraban de hacerle upa a Alina a las cuatro de la mañana, en pleno ataque de tos y mocos obstructores de su respiración. Sólo me acompañaban el silencio y los ronquidos de la perra y los ronquidos de mi mujer.
Estas escenas vienen repitiéndose gracias a las bacterias que, cual souvenirs, acarrea mi hija desde el jardín. Al pasearla por el umbrío y frío comedor con el propósito de dormirla, sólo me queda pensar algo para no dormirme. Por lo general me invaden recuerdos futbolísticos. Repaso mentalmente equipos de antaño, Islas, Craviotto, Rotchen, Serrizuela y Ríos, o por ejemplo hoy que me acordé del Pepe Albornoz, comprado por Independiente en 2.800.000 pesos/dólares para terminar en el banco tapado por un Burruchaga a punto de retirarse, y las asociaciones se vuelven infinitas y así recordé lecturas de Gráficos viejos, como cuando le hicieron una nota a doble página a Albornoz y el Gallo Bustos que habían pasado de Español a River para fracasar estrepitosamente. En el medio de estos recuerdos en la oscuridad de la madrugada, Alina cae al fin sobre la cuna sin emitir llanto alguno y yo retorno a la cama para ocuparme de mi gastroenteritis. La fiebre y el dolor estomacal me impiden dormir por un largo rato, casi hasta que se hace de día, cuando el llanto interrumpe mis primeros frames de sueño y me obliga a deslizarme hasta la cuna, alzando a Alina para calmarla, dormirla, y hacernos uno otra vez, un conglomerado de bacterias abrazadas.

Baudelaire (por Nadar)

domingo, mayo 21, 2006
Si existiese un ranking de fotos tomadas a escritores, en el primer lugar tiene que estar este daguerrotipo.

Accidente

muerto soy
¡confesión!
sobrevivirá
solo mi voz

desde el peroné
hasta la pera
y del ligamento
al pensamiento
sólo una voz queda

sexo seccionado
genitales rodando
sólo una voz

en posición fetal
se irán mis vísceras
por recto
¡evacuación!
será correcto
sólo una voz

Travelling tercera edad

jueves, mayo 18, 2006
A través de la ventanilla del 168 veo los comercios de Corrientes en f fwd. Alina lleva 300 gramos de galletitas en su mochila y yo llevo a Alina. Parado. Como tardan en darme un asiento, me queda un dolor en el antebrazo para todo el resto del día. El colectivo se va a llenando, principalmente, de viejos. En Villa Crespo no residen ni los jóvenes ni los chicos, sino los que desde hace años detentan propiedades en la zona. Las veredas del barrio semejan carriles de caminata lenta, donde para esquivar ancianos se debe transitar sobre el cordón, o en su defecto por la calle. Suben y suben más viejas al 168, ellas hacen explicable la presencia de dos o tres bazares por cuadra en esta calle. Sólo los gerontes regalan porquerías chinas de los todo por dos pesos, productos que no comprometen su bajo presupuesto. Las viejas le hacen caras a Alina, que se ríe para descomprimir la escena.
Llegamos a Angel Gallardo. Tengo que bajar. Me disgusta descender por la puerta de adelante, tener que decir "parada" como un pelotudo. El motorman hace caso, frena, y gano la calle con mucha parsimonia. Aunque no las veo, sé que las viejas ya se están disputando el asiento abandonado.

Babasónicos: ascenso y caída (en vivo)

martes, mayo 16, 2006
Contra mi voluntad, me hice presente en el recital que Babasónicos dio en el Luna Park. Raro acontecimiento, fundamentalmente por el fanatismo adolescente que me unió a la banda desde mediados de los ´90 hasta culminar el siglo pasado. De Miami en adelante, mi admiración decreció paulatinamente, y se extinguió para siempre con el lanzamiento de Anoche, disco de oprobiosas canciones destinadas al ringtone.
El rol de acompañante -fui con mi mujer- me otorgó la ventaja de poder tomar distancia ante el evento en cuestión. Los más de 10 años de diferencia entre el primer recital de Babasónicos al que asistí y éste se vislumbraban con sólo echar una mirada a la concurrencia. Si antaño las quinceañeras teñían sus cabellos de fucsia, verde y violeta, hoy los corren hacia un costado, suelto y con un flequillo lo suficientemente largo como para ocultar un ojo y parte de la mejilla. Este flequillo anti-stone se repetía en innumerables casos, como si se tratase de una marca generacional. Y yo que creía que era un atributo exclusivo de Flor Kirchner, qué imbécil.
El clima del público contagiaba poco. Se notaba que muchos irían a la South Fest apenas terminara el recital. La banda irrumpió en el escenario casi a la hora prevista y sonaron los prmeros acordes del tema que es la cortina del programa conducido por Rolando Graña. Los chillidos teenagers sonaban mucho más alto que el deficiente audio de la banda. Ahí me acordé de lo mal que suena, históricamente, cualquier grupo de rock en el Luna Park. Siguieron con "Carismático" y ya me quería ir.
No puedo negar algunos puntos altos. "Pobre duende" iluminó la velada, al igual que ese estribillo inspiradísimo del "El colmo": "Por eso canción, llevame lejos / donde nadie se acuerde de mí / quiero ser el murmullo de alguna ciudad que no sepa quien soy". Festejé a los gritos las únicas dos canciones que tocaron de Trance Zomba y Dopádromo, aunque nadie las cantaba, ni siquiera tarareaba. De cualquier manera, la lista fue confeccionada con un criterio muy diferente al del otrora grupo "experimental": darle a la gente lo que quiere escuchar. No me parece mal. Me imagino que ésa era la disyuntiva: la complacencia o salir a trabajar en serio. Y no los veo laburando en un banco. Tal vez hubiese hecho lo mismo.
Los músicos se despiden (luego de un tema horrible cuyo nombre ya ni recuerdo) y la multitud aplaude para que vuelvan. Es el momento en el que el público, a modo de tradición, coreaba "Sobre la hierba", de Pasto. Espero, espero, y nadie canta. Ocurre que, seguramente, muchos tienen ese primer disco en sus carpetas de MP3, pero todavía no tuvieron tiempo para escucharlo. Retorna la banda, algunas canciones más, y finalmente concluye el concierto, ahora sí. De más está decir que todas estas impresiones (multiplicadas por 10, por lo menos) fueron comentadas a mi mujer una por una, en vivo. Estoica cónyuge que, a la altura del Correo Central, rezongó: "parecés una constante columna de Beatriz Sarlo en la revista Viva".

Nombres

miércoles, mayo 10, 2006
Muchos Valentino, Camila, Joaquín, Abril, Zoe. Pocos Daniel, Fernando, Pablo, Alejandro, Carolina o Natalia. Así como mis padres me condenaron al anonimato perpetuo llamándome Diego (nombre que, adjunto a mi apellido, forma una perfecta variante de Juan Perez); los progenitores actuales insisten en seleccionar los nombres con más rating para endosárselos a sus hijos. Como si fuese el medio más fácil de identificar la edad de una generación, la población reproductora unifica sus criterios y propone un cambio frente a sus padres aunque no frente a sus pares.
El otro vector nominal, creo que en decadencia, es el de los nombres extranjeros. Doble movimiento, en el caso de los estratos más bajos, donde la tendencia anglosajona (esos increíbles Brian, Jonathan, Sheila, Daiana (!), Yésica, Denis) implica una latinoamericanización irrevocable. El resultado: un "Johnny Gutierrez" o un "Jennifer Soria" digno de cualquier colombiano o puertorriqueño que se precie de serlo. En todo caso, peores son las elecciones de las clases medias cuando intentan homenajear a algún bisabuelo inmigrante, arrastrado hasta estas tierras por el hambre, angustiado por el acoso de las guerras y la polenta con pajaritos como único menú. ¿Qué tributo deciden rendirle? Un espantoso Gianfranco, Giuliana, Agostina (y no Agustina, ojo), Iñaki... Una calcomanía en la luneta con la "E" de Euskadi o la "I" con los colores de la bandera italiana y listo, un linaje europeo (de cuarta) inventado. Como para dejar bien en claro que ningún nombre es inocente.

Más monedas

martes, mayo 09, 2006
Tengo para mí que este blog está siendo inspeccionado por mis padres. Hace unos días, en una visita a la casa paterna, mi madre me sorprende con un: tomá, guardate esto. Un tesoro cuyo fulgor apenas se insinuaba a través de la bolsa que lo cubría: una bolsa con moneditas de todos los valores, desde 5 centavos hasta las de un peso. Más allá del beneficio económico, no sé si me enorgullece que mis padres lean este tipo de cosas.

La guerra del Parque Centenario

lunes, mayo 08, 2006
El vagabundo yace detrás del larguísimo banco de concreto, atrincherado entre el cemento y el pasto, sobre la hondanada. Los perros corretean alrededor de la fuente abandonada y a cada rato se revuelcan en el agua de lluvia sucia y maloliente. Me gustaría ver esta escena desde el aire, como en una toma -yanqui- desde un helicóptero, para distinguir mejor los dos bandos que se disputan el parque. La guerra por el espacio público me conmueve. Incluso no resulta extraño pensar en el factor bacteriológico: el dengue fácilmente desarrollable en el agua estancada, y los excrementos humanos y perrunos acumulados cerca de los árboles (junto a sus consecuentes moscas transmisoras de enfermedades) conforman un temible corpus virósico.
Un dálmata orina sobre un cartón apoyado en un carrito de Coto rebosante de diarios y latas. Me siento en un 1914 vernáculo. Aguardo por una reacción violenta del cartonero adormilado pero no, apenas si le reprocha algo, tibiamente, al paseador incauto. No hay estallidos, ni violencia explícita, sino una defensa del territorio adobada con pedidos de limosna a cada pasante. La guerra fría del parque no es para cualquiera.

Trabajo intelectual/trabajo manual II

viernes, mayo 05, 2006
Hace un tiempo, me subyugó el tema de la división del trabajo. Todavía no lo resolví del todo, pero mientras, voy descartando un oficio: el de lijador de techos.

Dios y Nirvana

jueves, mayo 04, 2006
Ese momento, cuando el mundo iba a girar alrededor de ellos en un santiamén, cuando Seattle está a punto de ser puesta "en el mapa" según una fan que lloraba frente a la mansión de Kurt Cobain, esos días que la gente de Sub Pop nunca olvidará, esa tensa quietud de la antesala del éxito repentino, documentada en este post. De todos modos no creo que Teenage Fanclub tenga mejores contactos con el más allá que Nirvana.

Escherichia Coli

miércoles, mayo 03, 2006
A todos los ex-trabajadores de Mc Donald´s nos encantan este tipo de noticias.

Vejez prematura

No estoy tan lejos de parecer un anciano, pese a los 27 años que cumplí el mes próximo pasado. Hago las compras en Leader Price bien temprano y en la cola de la caja siempre me rodean viejas de pelo teñido; su decrepitud a veces me obliga, literalmente, a cederles mi lugar. Casi no salgo de noche. Me cuesta ver de lejos. Paro colectivos equivocados. Me disgusta el uso de emoticones en el messenger, y me conecto rara vez. El delivery de sushi me escandaliza. No uso auriculares ni i-pods, sino la radio apoyada en la oreja. Me encajan monedas falsas. Hoy en la calle una nena me dijo "señor".

Never say good bye

lunes, mayo 01, 2006
Cuando Perón muere, el periódico "Noticias" (publicación de breve existencia al servicio de la "orga") pone en primera plana la palabra dolor en el cuerpo más extenso posible. Rodolfo Walsh redacta ocho líneas que llenan el resto de la página y describe el sentimiento popular de una manera muy bella, algo así como que "en la conciencia de millones la noticia tardará en hacerse tolerable". Pensé en esa frase para explicar mínimamente la estupefacción ridícula que sentí ante la previsible venta del Kun Agüero. No sabemos si será Madrid su destino o si pagarán 20, 25 o 29 millones de euros, pero la despedida fue el sábado, seguramente. Lloré como un idiota frente al televisor, nunca había visto en mi vida a un futbolista llorar (en el medio de un partido) por una quinta amarilla que le impida jugar el próximo encuentro. La razón: un chico de 17 años que sabe que tendrá ingresos anuales del orden de los 5 millones de euros para arriba se quiebra por no poder despedirse ante su gente y ante el rival odiado por su gente. ¿Quien puede creer que juega por plata? Juega porque se divierte. Juega para aniquilar las especulaciones y saber que es el mejor. Ni me quiero enterar de su partida. Independiente ganó, pero yo ya no quiero ver más fútbol.