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Los escombros

es el blog de Diego Suarez: los límites desdibujados entre lo público y lo privado

Cómo debe continuar el show

Siempre, siempre se vuelve a Baudelaire. Los Pequeños poemas en prosa funcionaron como un oráculo de la modernidad. “El perro y el frasco” nos lleva, claramente, a la homologación entre las masas y una nueva animalidad. Una segunda naturaleza cuyo hábitat es el cemento y cuyo gusto es esquivo a las mercancías que propone el narrador; en este caso puntual, las delicias de un perfume. “¡Ah mezquino can! Si te hubiera ofrecido un montón de excrementos los hubieras husmeado con delicia, devorándolos quizás. Así tú, indigno compañero de mi desgraciada vida, te pareces al público, a quien nunca se ha de ofrecer perfumes delicados que le irriten, sino basura cuidadosamente elegida.” 150 años después, el productor de entretenimiento en la modernidad sigue siendo un recolector de desperdicios... No te estás perdiendo un programa, estás viendo todos.

Escrito el domingo, febrero 24, 2008 a las 9:06 p. m..

"La ciudad ensordecedora ruge a mi alrededor"

Siempre se vuelve a Baudelaire.

Saludos, amigo.

por Blogger Anita, a las 9:00 p. m.

   



Diego. A veces te escribo en blog de Clarín, pero siempre leo este. Quería hacerte saber que me encanta cómo escribís. Yo también lo hago, aunque me falta mucho por aprender. espero que podamos intercambiar experiencias. Saludos!!!

por Blogger Especialista en cosas, a las 1:28 p. m.

   



Saludos (desde mi único minuto libre de la semana)

por Blogger Suarez, a las 4:03 p. m.

   



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