El largo adiós
Esta es mi última noche con el Sony Trinitron que me acompaña desde que cumplí un año. Lo publiqué por 80 mangos en una de esas Segundamano de Internet, y no tardó un solo día en conseguir comprador. Mañana se lo llevan para siempre. Lo prendo para probar su estado actual y nunca deja de sorprenderme: está intacto, como la primera vez que lo testearon en Japón, en 1980, antes de embarcarse hacia la Argentina de la plata dulce.
Me fui de mi casa paterna junto al Sony. Ahí, después de 18 años, había sido destronado del comedor por un 29 pulgadas adquirido con la excusa de “ver mejor” el mundial de Francia. Yo lo rescaté del olvido. Es que a través de él vi a Caniggia gambeteando a Taffarel y festejar riéndose, mirando al cielo. Con él pude jugar durante años con el Coleco. El Sony mejoraba la música del Donkey Kong, o del Time Pilot: le daba más y más y más volumen porque el audio fluía limpio, como un manantial en la Cordillera de los Andes.
Es mi última noche con el Sony. Es tan fuerte que cualquiera se sentaba sobre él cuando lo apoyaba en el piso. Yo me voy a morir de viejo, quizás, y su bruñida madera brillará más que nunca. ¡Se lo van a llevar por 80 mugrosos pesos! Debería haberlo publicado a 150, por lo menos. por más que carezca de entradas RCA de audio y video. Por más que no se le puedan conectar reproductores de DVD y todas esas porquerías digitales, que no duran más de dos años. Por más que ocupe medio placard y ya no tenga sentido guardarlo. Se va y se lleva todo lo que sé de televisión, todos mis recuerdos de video games y más de media vida audio visual. Si el comprador lee esto, que lo cuide mucho. Por favor.
Me fui de mi casa paterna junto al Sony. Ahí, después de 18 años, había sido destronado del comedor por un 29 pulgadas adquirido con la excusa de “ver mejor” el mundial de Francia. Yo lo rescaté del olvido. Es que a través de él vi a Caniggia gambeteando a Taffarel y festejar riéndose, mirando al cielo. Con él pude jugar durante años con el Coleco. El Sony mejoraba la música del Donkey Kong, o del Time Pilot: le daba más y más y más volumen porque el audio fluía limpio, como un manantial en la Cordillera de los Andes.
Es mi última noche con el Sony. Es tan fuerte que cualquiera se sentaba sobre él cuando lo apoyaba en el piso. Yo me voy a morir de viejo, quizás, y su bruñida madera brillará más que nunca. ¡Se lo van a llevar por 80 mugrosos pesos! Debería haberlo publicado a 150, por lo menos. por más que carezca de entradas RCA de audio y video. Por más que no se le puedan conectar reproductores de DVD y todas esas porquerías digitales, que no duran más de dos años. Por más que ocupe medio placard y ya no tenga sentido guardarlo. Se va y se lleva todo lo que sé de televisión, todos mis recuerdos de video games y más de media vida audio visual. Si el comprador lee esto, que lo cuide mucho. Por favor.
Hiciste que recordara mi Telefunken
qué habrá sido de él?
por EmmaPeel, a las 11:18 a. m.
me hiciste acordar de mi audinac modelo '97, a quien dejé olvidado en la casa de mi hermana. la pelotuda ya perdió el control remoto!!!
por Anónimo, a las 1:36 p. m.
todavía existe segundamano? o es parte del combo vintage?
por SL, a las 9:37 p. m.
Telefunken ("si es alemán, es bueno"), Audinac (qué berreta), Segundamano... Me encantaba leer la sección de trueques, donde nunca faltaba un "permuto PC XT sin disco rígido por algo que me interese"... En la calle hace un par de años que no la veo. En la red, perdió la batalla con los dos monstruos de la compra/venta, los usureros del pixel.
por Suarez, a las 1:04 a. m.
cómo que Audinac "berreta"?????
te rompo todo, hijo de puta!!!!
por Anónimo, a las 1:20 p. m.
quizás, tal vez, debería habérselo quedado...
saludos
por Satamarina, a las 3:38 p. m.
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